martes, 30 de octubre de 2012

Flujo en la vida cotidiana

¿Viajas habitualmente en trasporte público? Si es así deja que te proponga un sencillo experimento. La próxima vez que vayas al trabajo llévate contigo algo para hacer. Pero no cualquier cosa, llévate preparada alguna actividad que puedas realizar con normalidad durante el viaje y que sea algo que te encante y que absorba completamente tu atención. Un ejemplo podría ser un videojuego que tengas en tu teléfono móvil. Uno de esos juegos que hace que quedes ensimismado y pierdas la noción del tiempo. Puede valer eso u otra actividad cualquiera con la que te distraigas de la misma forma. Un buen libro puede servir también.

El viaje de ida hazlo disfrutando de la actividad, el de vuelta sin hacer nada. Al volver a tu casa del trabajo simplemente quédate mirando cómo van llegando las paradas hasta que toque la tuya. Repite la prueba si quieres varios días. ¿Qué viaje se te hizo más largo, el de ida o el de vuelta? ¿Cuál de los dos te pareció más tedioso?

Hay muchas actividades que nos pueden provocar una distracción semejante. Imagina que intentas identificar aquellas con las que reproduces el fenómeno y las realizas más a menudo en tu tiempo de ocio en la medida de tus posibilidades, e incluso en el trabajo si fuera posible. Imagina que estuvieras abierto a probar cosas nuevas y te quedaras con aquellas que te hacen disfrutar de la misma forma. ¿Cómo crees que cambiaría tu vida?

Nota aclaratoria: Esta entrada tiene carácter divulgativo. Para realizar cambios personales es recomendable acudir a un experto y/o a material adecuado bajo la tutela de un profesional. No pretendo proponer cambios en los lectores, solamente que realicen la experiencia los que les guste la idea y provocar la reflexión.

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